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Museo Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba
Inventario CE000518
Clasificación Genérica Elemento Arquitectónico
Objeto/Documento Quicialera
Materia/Soporte Mármol Gris
Técnica Tallado
Esculpido
Dimensiones Lado menor = 21 cm; Anchura = 27,50 cm; Lado mayor = 75,50 cm
Descripción Quicialera de una puerta de forma prismática rectangular que termina en modillón cilíndrico, realizada en mármol, presenta además una inscripción dispuesta en ángulo, en escritura cúfica en uno de los laterales. Conserva el orificio para engastar el gozne de la puerta.
Inscripciones/Leyendas En los laterales en forma de ángulo, Esculpido, Árabe normalizado, Cúfico
(´ La felicidad´)
Datación 901=1000
Uso/función Estructural.Decorativo
Lugar de Procedencia Convento de San Acisclo y Santa Victoria, Córdoba(Andalucía, España)
Lugar Específico/Yacimiento Convento de San Acisclo y Santa Victoria
Clasificación Razonada Quicialera proveniente del antiguo convento de San Acisclo y Santa Victoria, entró a formar parte del museo por la Comisión Provincial de Monumentos. Posiblemente se reutilizó para alguna de las puertas de dicho convento. Alude por primera vez esta pieza, D. Pascual de Gayangos, que la reproduce en el tomo VI del Memorial Histórico Español, Madrid, 1853, pp. 311y 315.
Durante la Antigüedad y gran parte de la E. Media el cierre de las puertas, quedaba sujeta para su rotación a un árbol vertical cuyos extremos giraban en sendas cajas cilíndricas, abierta una en la cara inferior del dintel y la otra en el quicio de la puerta o en el alféizar de la ventana. Las quicialeras casi siempre eran losas de piedra o mármol y cuando la puerta era grande y pesada sus hojas, se embutían en ellas aros o platillos de bronce o hierro para evitar su rápido desgaste y facilitar la rotación. Otro sistema, de tradición romana, empleado sobre todo para las puertas de considerables dimensiones y mucho peso, consistía en abrir los agujeros de las quicialeras altas en el vuelo de piezas de piedra, mármol o madera, con forma de ménsula, empotradas en el muro, a cada una de las cuales correspondía verticalmente a otra en el pavimento, fuera y junto al umbral. Cerrada la puerta, las hojas quedaban arrimadas al muro y no en su grueso, como en el primer sistema tapando totalmente el vano.
Este segundo tipo de colocación, se empleaba en las puertas grandes de los edificios hispanomusulmanes y seguramente en los del resto del mundo islámico.Admitía dos soluciones: según si las hojas de la puerta se abrían hacia adentro o hacia fuera y según si las quicialeras voladas estuvieran en la cara interior del muro o en la exterior. En el primer caso, el más corriente, seguido siempre para puertas exteriores y fortificadas, las quicialeras se colocaban en el paramento interior del muro y al abrirse la hoja o las dos hojas del vano, giraban 90º quedando rebatidas sobre los muros de los costados del pasadizo al que solía dar paso la puerta.
La segunda solución, está basado en quicialeras que vuelan del paramento exterior del muro y las hojas de la puerta se abren, por tanto hacia fuera, quedando rebatidas sobre él, después de un giro de 180º. Se usan sobre todo en grandes puertas de salas abiertas a patios interiores. Su decoración solía ser rica, en armonía con la de los salones a que daba ingreso.
Muchas de estas quicialeras quedaban lisas pero en los edificios principales se decoraban de acuerdo con su categoría. ( Torres Balbás, L.: ´ Quicialeras hispanomusulmanas´ en Obra Dispersa I, recopilada por Casamar, M. Al-Andalus I. Crónica de la España musulmana. Instituto de España, Madrid).
D. Leopoldo Torres Balbás, plantea la posibilidad de que esta pieza fuera réplica de otra procedente de Sevilla, debido a la similitud de la forma, ya que ambas en su extremo volado tienen una terminación en forma de cilindro. ( Torres Balbás, L.: Op. Cit. Pág. 365). Esta pieza a diferencia de la de Sevilla, mucho más profusa en decoración, se limita a un letrero cúfico que forma una escuadra, tangente al cilindro y que fue analizada por D. Amador de los Ríos: según el estudio de la inscripción, se reproduce hasta un total de quince veces, una sóla palabra, escrita en cúfico que se reduce a la expresión ´la felicidad´, la cual debe ser considerada como elipsis de la oración ´la felicidad perpétua, para su dueño´. ( Amador de los Ríos y Villalta, Rodrigo.: Inscripciones Árabes de Córdoba. Precedidas de un estudio histórico-crítico de la Mezquita-Aljama, Imprenta de Fortanet, Madrid, 1879, pp.382-383).
Tipo de Colección Colección Estable
Bibliografía AMADOR DE LOS RÍOS; VILLALTA, R.. Inscripciones Árabes de Córdoba. Precedidas de un estudio histórico-crítico de la Mezquita-Aljama. . 1879. Pp.382-383; Imprenta de Fortanet
Madrid, 1879, pp.382-383..

PAVÓN MALDONADO, B.. Tratado de Arquitectura Hispanomusulmana. 2004. Pág. 88; Vol III, Palacios
Consejo Superior de Investigaciones científicas
Industrias Gráficas CARO S.L.
Madrid, 2004.

SANTOS GENER, S.. Museo arqueológico de Córdoba. Nuevas Adquisiciones. 1945. Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales 1.945.

TORRES BALBÁS, L.. Crónica de la España Musulmana 6. Pp. 103-108; Obra dispersa II, Archivo Español de Arte y Arqueología
Estudios diversos sobre arquitectura y arqueología
Instituto de España.

TORRES BALBÁS, L.. Modillones, canecillos y ménsulas en la arquitectura musulmana española. Pág 213; Obra Dispersa II, Archivo Español de Arte y Arqueología
Estudios diversos sobre arquitectura y arqueología
Instituto de España, Madrid.

VICENT ZARAGOZA, A. Guía del Museo Arqueológico de Córdoba. 1965. Guía de los Museos de España (nº 23).
Observaciones No disponible para exposición temporal
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